domingo, 1 de diciembre de 2013

ENSAYO sobre el libro: "El acto fotográfico" de PHILIPPE DUBOIS

Philippe Dubois hace una profunda reflexión sobre la fotografía y lo que ésta representa como un acto fotográfico.  La fotografía es considerada en el libro como una huella de la realidad y el autor explica a través de una serie de puntos esta afirmación.
 
     Primeramente habla de la fotografía considerada como espejo de lo real, es decir, el efecto de realidad que tiene una imagen está ligado a la semejanza que ésta tenga entre la foto y su referente, es por eso que, la fotografía era considera como la imitación más perfecta de la realidad. En el siglo XIX, se decía que esa capacidad mimética se lograba gracias a su propia naturaleza técnica, es decir, gracias al procedimiento que le permite a la cámara hacer aparecer una imagen de manera automática, sin que intervenga la mano creativa del artista.
 
     Para Baudelaire la fotografía era una simple herramienta de reproducción de lo real, una técnica; mientras que el arte era una creación imaginaria del artista.

     La fotografía considerada como transformación de lo real. Ésta argumentación se empezó en el siglo XX al ver a la imagen fotográfica como imagen de análisis, de interpretación, incluso de transformación de lo real. La foto paso a convertirse en reveladora de la verdad interior y no de la verdad empírica.
 
      La fotografía considerada huella de lo real, es porque la imagen está determinada por su referente: huella de una realidad. Dubois considera a la fotografía además de una huella de lo real, una categoría de pensamiento en donde la imagen fotográfica aparece como una huella luminosa fijada sobre un soporte bidimensional.
 
     Los índex son símbolos que le otorgan significado al objeto que está en conexión real con la fotografía, es decir que mantienen una relación con su referente.
     A lo largo del libro resulta importante destacar toda una serie de consecuencias teóricas que dan pie a que Dubois considere a la fotografía como una huella de lo real o índex.
     La singularidad de la imagen fotográfica resulta importante, como menciona Roland Barthes: “Lo que la fotografía reproduce al infinito no tiene lugar más de una vez, ella repite mecánicamente lo que jamás podrá repetirse existencialmente”; habla de la unicidad que tiene el referente sin importar que la foto sea multiplicable, ya que las copias se obtienen a partir de un mismo negativo, y ese negativo es la foto única.
     La capacidad de atestiguamiento que tiene una fotografía es tan grande que certifica, ratifica y autentifica; quiere decir que una fotografía atestigua la existencia de lo que enseña.

     Toda foto nos enseña el pasado y esta separación temporal hace de la fotografía una representación siempre diferida, entre el objeto y su imagen. El objeto desaparece en el instante mismo que se saca la foto.
     Dubois considera que en la fotografía se producen dos cortes fundamentales:
     El corte temporal: que es de elección única e irremediable, pues dado ese “clic” al obturador ya no se puede intervenir la imagen que se hace. La fotografía es una captación de imágenes instantáneas.
      A partir de este hecho se comienza a desarrollar la paradoja del instante fotográfico.
     De especial interés resultan las consideraciones que hace Dubois al ver  la fotografía como tanatografía, ya que analiza el corte temporal que existe dentro de la fotografía vista como acción. Esta tanatografía nos habla de cómo lo muerto puede expresar lo vivo en el acto fotográfico. Al seleccionar el instante exacto de la foto y guardarlo en álbumes a fin de preservarlo; se está matando para poder guardarlo y que viva para siempre.
     El corte espacial: se refiere a que el espacio fotográfico no está dado, a diferencia del pintor que tiene un bastidor como referencia sobre el que pinta; el fotógrafo, por el contrario debe de sustraer de un solo golpe todo un espacio, cortando lo visible.
      Lo que una fotografía no muestra es tan importante como lo que muestra; el espacio off, como lo llama el autor, siempre está marcado por su relación con el espacio elegido, es un ausente que se sabe presente, se sabe que estaba allí en el momento de la toma.
     Lo esencial, y hace hincapié Philippe Dubois es que al arrancar del mundo un pedazo de espacio, el acto fotográfico hace de éste un nuevo mundo, cuya organización depende del corte realizado.
     Dubois se mantiene más o menos en la posición de Roland Barthes con respecto a la consideración de la fotografía como huella de la realidad. Sin embargo, hace una serie de especificaciones como el considerar que la fotografía solamente funciona como huella en el momento de accionar el obturador; y solo antes y después de ese momento entran en juego distintos  códigos. Por lo tanto, Philippe Dubois considera que la noción de index o huella de lo real tiene una serie de límites. La fotografía no explica ni interpreta; solo busca lograr una fusión con lo real, es muestra de una afirmación de existencia pero no de sentido.
 
 
PERLA GARRIDO CRESPO
 
 

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